sábado, 6 de abril de 2013

¡¡¡Oído cocina!!! La porchetta.

¡Chavales, inauguramos sección! La primera sección temática oficial de este blog, y no podía ser de otra manera, dedicada a la gastronomía de este gran país. Y os equivocáis si creéis que la comida italiana se reduce a los espaguetis carbonara, la pizza y el helado. Todo eso es verdad, lo hacen genial, pero es que hay mucho más. Sería como decir que la cocina española no va más allá de la paella y el jamón serrano

Esta gente es como nosotros, en la mesa adoran el cerdo sobre todas las cosas. Y aunque por lo general para mi gusto no llegan al nivel de los embutidos españoles (mi dispiace ragazzi, comunque voi avete tante altre cose insuperabili), no se quedan cortos. Es más, tienen cosas que nosotros no tenemos, y una de ellas es la protagonista de este post: la porchetta.

Uno de los puestos del mercadillo semanal de Grosseto.

La porchetta es un plato típico de la Italia central que le pasa como al Quijote, nadie sabe donde ha nacido pero son varios los pueblos que se dan de bofetadas por llevarse el mérito. Tampoco se sabe quién la inventó, si los etruscos, los romanos o los marcianos, pero sinceramente, a quién le importa. Está buenísima y punto. Lo que si es seguro es que hay dos tipos, según con que hierba se sazone la carne: hinojo silvestre en Umbria, Marche, Romagna y alto Lazio y romero en Toscana y Castelli Romani.

La receta es tan simple que cualquiera la puede hacer en casa... Solo necesitamos un cerdo de un año, 6 kilos de sal, 6 de pimienta, 2 kilos de dientes de ajo, una buena cantidad de hinojo o romero y una ramita de perejil. Vamos, nada que no podamos encontrar en cualquier casa. Se coge el cerdo, se mata, se abre en canal y se vacía, guardando solo el hígado y se deshuesa. Atención, no cortéis la cabeza. El interior se lava y se sazona con la sal, la pimienta, los dientes de ajo enteros, sin pelar, las hierbas y el hígado cortado en trozos. Luego se cierra el bicho con una cuerda y se mete a cocer en un horno de leña entre dos y cinco horas, dependiendo del tamaño del bicho (Quien no tenga un horno de leña en su cocina no es un ser humano completo).

Una porchetta a punto de ser estrenada.

El resultado es una especie de salchicha gigante con cabeza de cerdo que se va cortando en rodajas. Por lo general se come en bocadillo y el sabor es parecido al del lacón, pero más fuerte y muy especiado. Os lo encontráis en todos los mercadillos y sagras (fiestas temáticas) de todos los pueblos y ciudades del centro de Italia.

Y como no, lo mejor para acompañar un panino con la porchetta es una birra Moretti como Dios manda. En Grosseto era el menú de los jueves, ¿verdad, muchachada? Jejejeje.
 
Degustando el producto final (las cervezas estaban por ahí detrás).
 

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